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La oración en medio del sufrimiento

Un modo de orar es presentar a Dios nuestras necesidades, “Expresar en lugar de pedir”. Orar es hablar con Aquel que sabemos que nos ama” como decía Santa Teresa.  No informamos a Dios, sino mostramos nuestra indigencia y nuestra confianza. Quizás podemos poner más en sintonía nuestra comunicación con Dios dejando a Dios ser Dios. La oración tiene también poder de aliviar porque libera de sentimientos no expresados, de posibles soledades no puestas en clave de relacionalidad. Quien ora, dialoga, se abre, sale, mira más allá, más adentro, narra y, por lo mismo, se humaniza.

 

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