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Counselling en el ámbito educativo

En mi vida profesional encuentro más adultos que niños. Pero entre los adultos, también algunos son profesores que trabajan con menores. En ocasiones me transmiten mucha angustia, mucha desmotivación. En otras, mucha pasión, vivida en medio de lo que dicen ser realmente difícil: educar. Una vez, uno me dijo: “la obra de misericordia ahora no es enseñar al que no sabe, sino enseñar al que no quiere aprender”. Y me hizo pensar. No sé si tiene razón (en todo caso, parcial), pero me interpela sobre la necesidad de competencias propias del counselling también para quien se mueve en el ámbito educativo.

¡Cuántas situaciones de sufrimiento hay en el ámbito educativo escolar! Como también en el ámbito educativo familiar, que a veces se vive con una reducida responsabilidad por pensar que la educación se traspasa a la escuela y que sean los maestros los que “carguen con ella”, de lo cual bien que se quejan los maestros, y con razón. También en la relación con los padres necesitan los profesores competencias relacionales específicas, tanto más cuanto más difícil o desestructurada está la familia…
 
El counselling
 
El counselling es una profesión de ayuda que forma a un profesional denominado counsellor, con el objetivo de asistir desde su saber psicológico a personas que atraviesan conflictos, crisis, o que están en la búsqueda de mayor bienestar. Literalmente traducido del inglés, el término en español más cercano sería consejero. Sin embargo esta traducción es sumamente equívoca dado que lo que normalmente se entiende por un consejero en español. Así reza Wikipedia. 
 
Y así lo trabajamos en España en diferentes contextos, pero más que una profesión, en este momento es un modo de cualificar profesiones de ayuda. Quien realiza acciones formativas sobre counselling, busca más bien aprender a ser eficaz en las relaciones de ayuda que mantiene en el campo de su profesión: medicina, psicología, trabajo social, enfermería, atención espiritual, liderazgo de organizaciones, etc.
 
En algunos países, van por delante, y han hecho del counselling una profesión, con varios años de formación y diferentes campos de actuación. En el nuestro, se ha difundido más en el contexto de la salud y de la intervención social, pero tenemos –entre otras- esta tarea pendiente: que el counselling entre en los espacios educativos.
 
Este modelo de acompañamiento inspirado en la psicología humanista, apuesta por empoderar a las personas, por ayudarlas a explorar las dificultades, identificar los recursos que existen –tanto dentro como fuera de sí mismos- y prevenir conflictos, afrontar cuando están, tomar decisiones, discernir responsablemente, aliviar sufrimiento evitable… Es un modo de ayudar en el que una persona experta acompaña a otra a que se haga más experta en sí misma y por eso, más capaz de salir exitoso de la dificultad. Es un modelo eficaz para prevenir situaciones complejas que podrían llevar a las adicciones, a conductas antisociales, a déficits en la autoestima o en las competencias relacionales y emocionales…
 
El counselling comporta prepararse a nivel cognitivo (aprender conceptos), pero comporta sobre todo, interiorizar actitudes y conseguir hacerlas operativas en términos de técnicas de relación eficaz. Hay mucho que desaprender para acompañar a otra persona sin caer en los tópicos. No se aprende counselling sin supervisión del propio estilo relacional adquirido espontáneamente –por ósmosis, diríamos-. Por eso, las acciones formativas existentes, las serias, incluyen siempre iniciativas de supervisión y análisis del propio modo de acompañar, con revisión de transcripciones de diálogos, de grabaciones o mediante ejercicios en las cámaras de cristal unidireccional (o de Gesell).
 
En España, en cierto sentido se puede decir que estamos en un momento bueno, de expansión del counselling. Cada vez más personas realizan acciones formativas sobre este tema. Pero también en un momento delicado. No falta quien cree que por haber oído palabras clave como: empatía, consideración positiva, autenticidad, en término de actitudes; o bien: escucha, reformulación, confrontación…, etc., en clave de técnicas de relación de ayuda, ya creen que las domina en la práctica. Asistimos a un momento también superficial, diría yo. Toca profundizar. Hay que trabajarse el modelo de ayuda eficaz en el sufrimiento, no solo hacerlo con buena voluntad y con algunas palabras cogidas al vuelo.
 
Counselling en la escuela
 
Cuando hablamos de acompañar el sufrimiento, ayudar en las crisis, iluminar a quien tiene que tomar decisiones difíciles… solemos pensar más en los espacios de salud, de salud mental, de intervención social. ¿Y en la escuela?
 
En la escuela no solo hay niños que juegan y aprenden en el aula. Hay sufrimiento, como no podría ser de otra manera. Como también en la universidad. No solo el sufrimiento propio del mal generado entre iguales (¡tanta crueldad a veces!), sino el sufrimiento que cada uno se trae de su casa y el que aparece en el desarrollo personal.
 
Pero en la escuela está también el futuro presidente del gobierno, el futuro piloto de aviación, la futura investigadora, la futura médico, el futuro poeta, la… y así también estará el futuro violador, el abusador de menores, el violento asesino, el maltratador… ¡Cuánta responsabilidad en quienes acompañan a estos pequeños que serán grandes! Y, sin duda, una parte de su futuro, estará relacionada con el modo como fueron acompañados en los conflictos, traumas sufridos, momentos críticos… de su infancia y adolescencia. La hermosa responsabilidad de los padres y educadores hace apasionante la tarea educativa y, a la vez, nos reta para no ser solo transmisores de conocimientos, sino artistas que ayuden al desarrollo y la maduración personal elegante.
 
Más aún, los profesores de hoy se reconocen realmente vulnerables al síndrome del burn-out o del quemado, o del manejo patológico del estrés. Ciertamente es un colectivo a riesgo por las características de los tiempos que vivimos. Las competencias relacionales y emocionales son un buen antídoto o, al menos, factor protector del riesgo de sufrir esta desmotivación patológica.
 
Pues bien, el counselling es una respuesta adecuada para las necesidades de los profesores que, queriendo construir un mundo más humano, queriendo acompañar a crecer saludablemente, se encuentran con personas, con problemas, con sufrimiento. Sueño con ver en los programas de formación en counselling, buen número de profesores.
 
 
José Carlos Bermejo
 

 

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