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Bermejo con John Sobrino

El 18 de agosto he estado con John Sobrino en su despacho, en San Salvador. Sí, ya nos habíamos encontrado hace diez años, con ocasión de un encuentro sobre prevención de Sida en América Latina, donde ambos teníamos una conferencia con líderes de la Pastoral Social.

Me he encontrado con un teólogo de más de 70 años, no un jovenzuelo por tanto. Un hombre pasado ya por la historia de una biografía de colores variados. Hemos departido durante una hora sobre la humanización, sobre lo que él dice que es humanizar, sobre el sufrimiento humano y sobre la tarea que la Iglesia tiene ante la deshumanización. Publicaré una entrevista de nuestro encuentro en la revista HUMANIZAR.

No duda en repetir que además de las tantísimas víctimas de la violencia por asesinato (¡hay tantas!), están las que mueren de hambre o de enfermedades evitables, las cuales, según él, son también homicidios. Me ha recordado palabras de Mons. Oscar Romero, como no podría ser de otra manera. El cuerpo de Cristo son los sufrientes, la sangre de los sufrientes injustamente, los de hoy. A éstos hay que prestar atención. Está firmemente convencido de que el apoyo de hoy a ciertos movimientos dentro de la Iglesia, despista intencionadamente de esta realidad del pueblo sufriente injustamente. Y la Iglesia tiene un gran reto de humanizar generando paz, comprometiéndose con las capas más pobres del mundo, con las consecuencias que sea.

Para John, nosotros, los que vivimos al estilo de Europa, por mucho que digamos que estamos en crisis, somos una mera anécdota en el conjunto del mundo y nos cuesta verlo porque raramente llegan los datos de la cotidianeidad del mundo sufriente. La pobreza "se huele" con la nariz, dice John, pero es muy fácil que desde otras coordenadas, "ni la olamos".

Me ha alegrado encontrarme con John Sobrino una vez más. Ha sido una inyección de realismo, de ese que a él le hizo -según dice- encontrarse con el cristianismo real: el encuentro con la muerte. Fue para él una explosión de realidad. "Aquí estamos en la realidad de lo real" y "la Iglesia "ha estado en lo real cuando ha dado ánimo en estos contextos". Eso es humanizar. "Hay que poner a Jesús de Nazaret en el centro y comprenderemos lo que es humanizar y lo que tiene que ser ser cristianos. De ahí se deriva la tarea de la Iglesia en la humanización". Gracias, John, por este rato compartido.

 

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