Es la reflexión de Alan Wolfelf, educador y tanatólogo norteamericano. Necesita presencia, no soluciones. Las comunidades sabias crean espacios donde se pueda llorar juntos. El acompañamiento comunitario no es clínico ni terapéutico en sentido técnico. Es una presencia solidaria y ritual que devuelve humanidad al dolor. Así ha citado Silvio Marinelli en el Congreso de duelo en Guadalajara, Jalisco, México.
VOLVER




